3.11.2007

La letra con sangre entra



“El que escucha sin horror al criminal, sépalo o no, ha dado el primer paso en la carrera del crimen”, Concepción Arenal

¡Pues claro que la violencia de género está estrechamente ligada al maltrato animal! No son necesarias farragosas estadísticas, ni estudios genéticos ni sociológicos para concluir por esos derroteros. Pese a que ya nazcamos con unos genes más predispuestos a la acción ( violenta o no ) o a la pasividad ( violenta o no ), será nuestra educación la que acote los instintos o los sublime. Las gentes tendentes a resolver los conflictos a mano desnuda se entrenan, a veces durante años, en el maltrato animal para llegar a la máxima expresión de su obra “artística” personal, agrediendo a las personas, para preservar así la fantasiosa posesión que ejercen sobre la mujer, las hijas y los animales a su alcance. Los juanlados del mundo temen ( qué despropósito, qué inconveniente ), que tratar a las personas con delicadeza acabe degenerando en tratar a los animales sin humanidad -que con humanidad ya los tratamos-. Básicamente, pese a todo ese valor cacareado, estamos perdidos en el miedo y la violencia.

España está entumecida por la violencia, anestesiada por el enajenamiento de su carácter embrutecido. Exportamos nuestra brutalidad imperialista y nuestro desprecio por la vida al mercado de América latina desde hace más de quinientos años. España, la unagran delibre, no puede librarse de su lacra porque no quiere o no puede, que viene a ser lo mismo. Y no aplica sus refranes, como aquel “no hay más ciega que la que no quiere ver” para decir también que no hay más tonta que la que no quiere aprender, ni más sabia que la que no quiere ignorar.

Enseñarle a una niña española que torturar, perforar y ejecutar a un toro es moralmente aceptable, incluso disfrazándoselo del concepto de batalla, o educarla contemplando a un animal salvaje pedaleando en un bicicleta con un chaleco y un sombrero de colores, sin decirle que eso es brutalidad, primitivismo o simplemente mala ostia, es, también, decir mucho sobre el coeficiente emocional de las madres. Es enseñarle que someter y ser sometida forma parte de los roles sociales, que de ningún modo contemplan.

Al idioma me acojo, ser “tratada como un animal” es una frase hecha, cocida, frita y refrita. Desde los idiomas, perdurando los siglos, nos llega la voz de gentes de hace generaciones atrás, legándonos su sabiduría, sí, pero también sus miserias, sus incapacidades. Al fin y al cabo todas sabemos que está feo ser “rajada como un cerdo”, “pisoteada como una cucaracha”, “aplastada como una hormiga”, “pateada como un perro”... porque en frases hechas, esas conductas, tan de moda hoy día todavía, se lee la inferioridad a que podemos someter a otro ser humano, así es, tratándole como tratamos a los animales. Venimos de esa pedagogía, hemos sido escrupulosamente adheridas a esos conceptos y ni siquiera nos planteamos modificarlos. Para que conste que no especulo al respecto, baste ver el video grabado en Cistierna ( León, Ejjpaña) por dos psicópatas -unas de las cuales responde a Gepe-, y en el cual, con lo que parece una catana japonesa y con una dimensión acerca del entretenimiento propia del peor de los seres humanos ( pensemos ahora en Hitler o en los violadores ), que parte en dos a un gato vivo, el cual maúlla una sola vez antes de morir. Ya no es importante si ello es punible o si la ley actuará ( ¿ partiendo en dos a Gepe ? ), creo que la lectura de esto va más allá, a la mismísima letrina primigenia de donde extraemos nuestro concepto de moral actual. El concepto que va a permitir que el tal Gepe, Juanlado o cualesquiera de los hijosdeputa del mundo, puedan apalear perros cada día, cortar gatos en dos o lo que se tercie durante cada uno de los días de su vida, porque no existe ningún método coercitivo válido al respecto que no pase por el entrañable aunque ingenuo hacerles escribir cien veces “eso no se hace”. Y del cual, no pequemos de indolencia y candidez, ellas se carcajean.

Que la violencia engendra violencia está claro, pero que debamos condonar con graciosa piedad o con una sobrevalorada concepción de nuestras posibilidades éticas a los engendros que cometen atrocidades de esa envergadura ( y de otras de carácter legal ), que los toleremos, que puedan llevar a cabo sus nauseabundas vidas con su nauseabundo entendimiento del ocio, ante una sociedad esperanzada en la remota posibilidad de que se reciclen para ser buenas ciudadanas de pro resulta, a todas luces, de infradotadas. La niña que ve durante todo su crecimiento cómo su padre ejerce un rol posesivo, opresivo y narcótico sobre su compañera sentimental acabará creyendo y asumiendo que esa es la forma natural y familiar de comportarse con las mujeres. Si es hombre quizás la practique de adulta, si es mujer, quizás se someta. Si una niña aprende a ver masacres acabará inmunizándose a ellas e incluso necesitándolas para reconocerse a sí misma, recurriendo a su educación para perfilar su identidad. Y llamará raíces a la barbarie, y dirá que el amor es cursi, y se rascará a puñetazos. O, lo que es peor, rascará a las demás así.

El circo, por poner un ejemplo elocuente, es la más delicada expresión de la agresión injustificada, el refinamiento de una tortura que invierte el dolor, la humillación, la destrucción de la voluntad para parir un ejercicio de risas a unas niñas-esponja que asumen que los animales deben dedicarse a llevar a cabo acrobacias contranatura y tonterías, porque existen única y exclusivamente para ello. Garantía circense se llama a la tranquilidad de que cada animal ha sido torturado, minuciosamente desintegrado y arrasado como animal independiente para convertirlo en un autómata, un muñeco de cuerda, un objeto. Pero eso no cuenta, porque genera puestos de trabajo y consigue que las niñas se rían bajo la carpa, globo en diestra y helado en siniestra. Las niñas se ríen de todo, se admiran por todo, incluso la alegre música de la banda de Auschwitz conduciendo a las ajusticiadas al son de un tango a la muerte les causaría risa, porque no entienden -aunque puedan llegar a intuir si la situación es evidente-, de dónde proviene su distracción. La culpa es de las madres, sin duda, con un cerebro domesticado y perezoso y una analfabetización tremenda a la hora de leer el libro de la vida.

Se comenta con frecuencia en análisis sociológicos que uno de los más intensos problemas de la economía mundial es el envejecimiento de la población. Es un hecho constatado que los avances de la medicina, la longeva esperanza de vida y el escaso número de nacimientos hacen del “primer mundo” un lugar más tendente al geriátrico que a la guardería. Ello preocupa a políticas y economistas -si diferencia hubiera-, pues se traduce en la falta de renovación de sangre joven -de exclusiva producción nacional, se desprende-, que sufrague las jubilaciones de la población, cada vez más anciana, para sanear así las arcas del estado de bienestar. Yo, que soy muy malpensada y trato de leer entre líneas, entre palabras, y, en ocasiones, entre letras, me ha dado por hacer otra lectura de esta misma problemática. Sí, estoy de acuerdo al 200 por cien en eso de que la población envejece, pero me da por pensar que no sólo físicamente, sino también a nivel mental y emocional. Porque sólo haciendo esta ecuación puedo llegar a comprender que una joven humanista, llena de ilusiones y exigencias con respecto a nuestra raza pueda llegar a convertirse en una vieja y decrépita antropocentrista, más ocupada en no entender nada absolutamente de la evolución moral de la sociedad, aferrándose a lo que aprendió cincuenta años atrás, que en comprender que una persona se pasa aprendiendo hasta el final de sus días. Y que cuando una cree saberlo todo siempre hay algo nuevo que aprender, que comprender y razonar, que asumir, porque los tiempos cambian, a los hados mediante. Que, en temas de educación, todas somos infantes durante toda la vida. Quien crea no necesitar educarse no es sino una cobarde, una necia, o ambas cosas.

¿Qué parte de la frase “derechos fundamentales para los animales” no entiende esta gente?. Si en los campos de concentración chinos, los laogai, existen del modo más horrendo posible ocho millones de personas, en un mundo que pretende haber conseguido unos niveles pedagógicos encomiables, una ética aplicada con ínfulas de ser exportable, ¿ qué está fallando ?. Sé que la fuerza bruta nos cautiva como animales, sí, pero también sé que existe un pacto común de la especie en haber logrado aceptar que el cerebro es nuestra mejor y más eficaz herramienta a la hora de procurarnos las necesidades básicas, entonces sucede que violar ese pacto establecido con la naturaleza y con nosotras mismas para pasar a comportarnos brutal y torpemente resulta inaceptable en los códigos actuales de comportamiento y, por supuesto, erosionador de nuestra pretendida altura moral. Porque con la naturaleza se vive feliz, y contra ella se muere rápido. Mitos como que los cerdos no sufren cuando son matados son tan absurdos como aseverar que las gallinas gozan con su reclusión de por vida apretujadas en compartimentos claustrofóbicamente minúsculos, o que las personas subnormales no sienten estímulos. Yo podría decir que el asesinato masivo de animales se debe a la convulsión pantagruélica con que se atiborra el ser humano ( hoy en día no se come: se masturba el paladar ), o aducir que somos demasiadas, aunque se me acusaría en el acto de trivializar la grandeza, la libertad y la unicidad de la raza a la que pertenezco, delito capital, según rezan todos los textos legislativos al respecto.

El ser humano es, sin duda, un animal excepcional, sin embargo del mismo modo que lo es en positivo, también lo es en negativo. La intención creadora y la tenacidad humana para dedicarse a la construcción, también resulta igual de perseverante cuando es de destrucción el trance. No se tiene constancia de ningún otro animal, incluso enloquecido, que posea esa capacidad alteradora de su entorno, bien sea de lo uno como de lo otro ( al unísono, en ocasiones ); con una minuciosidad, además, tan perversa como magnífica. Bajo el mismo rasero se puede confundir tener iniciativa con tiranizar, educar con deformar, evolucionar con involucionar.

Evolucionar, involucionar. ¿ Habrá algo más que dos letras de distancia entre ambos conceptos ?


Xavier Bayle

Fuente




Las carreras de caballos


En los Estados Unidos, alrededor de 800 caballos de carrera mueren cada año debido a heridas mortales provocadas en las pistas. Se debe sumar además, una cantidad aproximada de 3500 animales que, resultan tan lastimados que no pueden terminar las carreras. Algunos abusos en la cría y el manejo de los caballos contribuyen a que esto suceda.

Por lo general, los criadores empiezan a hacer correr a los caballos a los 2 años. Estos animales no han terminado aún de desarrollar una adecuada estructura ósea, por lo que son muy propensos a sufrir heridas (quebraduras, torceduras, etc.)

Debido a la modificación genética utilizadas muchas veces en la cría de caballos de carrera, los animales nacen con cuerpos muy frágiles. Debido a que estos caballos de carrera, compiten todo el año, en todo tipo de pistas, sus articulaciones y huesos sufren severos daños. Cabe destacar, que la mayoría de los criadores, hacen correr a sus caballos o "inversiones", la mayor cantidad de veces posibles, en busca de numerosas ganancias.

Para aliviar el dolor de los caballos, se les administra analgésicos, los cuales calman el dolor pero no curan las heridas. Por consiguiente, estas heridas empeoran. Los caballos que sufren de heridas irreversibles como resultado de la administración de drogas, son vendidos a mataderos, práctica mucho más redituables que la eutanasia. Estos caballos deben padecer de un tortuoso viaje hasta el matadero, con dolor y en trailers inadecuados. Muchas drogas utilizadas se emplean para disimular otras ilegales, como los esteroides.

Un caballo con mala racha, tiene muchas posibilidades de terminar en el matadero, para consumo humano en otros países, o proveer de carne de caballo a las fábricas de pegamento.

Este deporte está prohibido en Bélgica, y en varias localidades alrededor del mundo.

¿Qué se puede hacer?
1.- No concurra a este tipo de carreras.
2.- Proteste contra la construcción de nuevas pistas de carreras.
3.- Ayude a difundir la información acerca de la crueldad detrás de las carreras de caballos.
Fuente: In Defense of Animals
Traducido por Facundo Moyano - http://www.uva.org.ar/carre.htm

Los Zoológicos. Cadena perpetua, sin libertad condicional


Aunque supuestamente en los zoológicos se preocupan por los animales, siguen siendo solo lugares donde “ coleccionan” interesantes especies . Los zoológicos le enseñan a la gente que esta bien tener a los animales atrapados, aburridos, solos y lejos de sus hogares naturales.

Por las cuatro horas que uno pasa en el zoológico, ellos pasan cuatro años o catorce o tal vez mas, si no es en el mismo zoológico, en otro, día y noche de verano a invierno. Esto no es conservación y por supuesto que tampoco es educación ni entretenimiento sino tragedia

Cadena perpetua, sin libertad condicional
Los zoológicos varían en tamaño y calidad, desde parques sin jaulas a pequeños lugares de exhibición hechos de concreto y barras de metal. Entre mas grande es el zoológico , es mas grande el numero de variedad de animales que tiene y también mas cuesta mantener a los animales en buenas condiciones. Aunque millones de personas visitan los zoológicos anualmente, la mayoría de ellos operan con perdidas y tienen que encontrar la manera de cortar gastos, lo que muchas veces significa vender animales . La mayoría de las veces la gente que maneja el zoológico se preocupa mas por las ganancias que por el bienestar de los animales. El ex director de el zoológico de Atlanta comento “ En los animales era en lo que menos pensaba y lo ultimo que me preocupaba con todos los problemas que tiene un zoológico.

Propagación, no educación
Los zoológicos dicen educar a la gente y ayudar a preservar especies, pero lo cierto es que están muy lejos de ser cualquiera de las dos cosas, la mayoría de los lugares donde tienen a los animales son pequeñas, solo vemos letreros con poca información, la especie, la familia a la que pertenece y aveces su dieta. La conducta natural del animal jamas se discute ni se observa ya que todas sus necesidades naturales están coartadas. Pájaros a los que se les priva de poder volar libremente grandes distancias, como están acostumbrados, los animales acuáticos por lo general tienen poca agua y muchos otros animales que están acostumbrados a vivir en grandes manadas o grupos de familias son puestos en una jaula solos o con un miembro mas, si tienen suerte. Comportamientos naturales como cazar o escoger una pareja quedan completamente eliminados por regímenes de alimentación y programas de apareamiento. Los animales son aprisionados ,no tienen privacidad y muy poca oportunidad de estimulación mental o física, que da como resultado un comportamiento autodestructivo llamado “zoochosis”. Un estudio mundial que hizo la fundación Born Free, revelo que la zoochosis es encontrada en animales en encierro por todo el mundo. Otro estudio comprobó que los elefantes emplean el 22 porciento de su tiempo en conductas anormales como sacudir su cabeza repetidamente o morder los barrotes de su jaula. Los osos pasan el 30 porciento de su tiempo caminando de un lado a otro de su jaula, esto es señal de estrés. Un santuario que es el hogar de muchos animales rescatados de zoológicos, reporto ver constantes señales de zoochosis en los animales que llegaban de los zoológicos como chimpancés que mordían sus propios cuerpos, el gerente comento “ sus manos estaban irreconocibles por todas las cicatrices en sus tejidos”.

Mas de la mitad de los zoológicos en todo el mundo están en malas condiciones y tratan a los animales deficientemente.

El propósito de los zoológicos es encontrar maneras de procrear y mantener a los animales en cautiverio. Proteger animales en extinción, suena como una noble causa , pero los directivos de los zoológicos por lo general favorecen a los animales exóticos y populares, a los que atraen mucha gente y descuidan a las especies comunes. El científico y director del zoológico “ Bronx” George Schaller dice “ Los zoológicos están contribuyendo a que se los animales en peligro de extinción como los pandas desaparezcan , al estarlos cambiando de un zoológico a otro para exhibición”.

Si lo que se pretende es favorecer su reproducción y bienestar,sería mucho más efectivo evitar su caza,así como la destrucción de sus entornos naturales,mediante medidas drásticas que incidan sobre los grandes capitales implicados.Es necesario defender al resto de los animales del animal humano,cuidar sus espacios vitales para que puedan vivir libres en el sentido más amplio de la palabra;crear reservas donde poder exhibir muestras grotescas de algo tan bello como es la naturaleza no es más que contribuir más aún a su destrucción,asumiendo que es propiedad nuestra, algo que podemos manipular a nuestro capricho.Los zoologicos no son parte de la solución,son parte del problema.

¿Qué pasa cuando crecen?
Los animales bebes en los zoológicos , le llaman la atención a todos, pero que pasa cuando estos bebes crecen? Por lo general los zoológicos, matan o venden estos animales. Cuando venados, tigres, leones y otros animales dejan de atraer visitantes, son vendidos a parques de caza donde los cazadores pagan solo por el privilegio de matar, otras veces los venden por su carne a zoológicos pobres o para experimento de laboratorio.

¿Qué podemos hacer?
1.- Nunca vayas al zoológico si no es únicamente para hacer algo y ayudar a mejorar sus condiciones.
2.- Evita los zoológicos, al no tener gente los cerraran y así se evitara que sigan capturando animales.
3.- Escribe cartas al director del zoológico con tus preguntas y dile lo que creas que no esta bien.
4.- Cuando vayas a un zoológico lleva una hoja de checador de zoológicos ( llámanos para dártela )
5.- Busca alternativas, visita lugares atractivos donde no maltraten animales.
6.- La única manera de salvar especies en peligro de extinción, es conservando sus hábitats y combatiendo las razones por lo que las gente los mata y captura.
7.- Hoy en día contamos con alternativas(documentales,libros,revistas,etc)que nos permiten acercarnos a estas especies y conocerlas de forma mucho más auténtica y desde luego evitándoles un sufrimiento innecesario, que obedece solo a nuestro afán de dominación y posesión de lo que nos rodea,en un intento para superar el miedo que nos produce nuestra propia debilidad.

Circos sí, pero sin animales


Al pensar en la palabra circo vienen a la mente imágenes de niños, y no tan niños, embobados con los distintos actos que realizan los animales. Una tarde mágica con payasos, acrobacias y malabarismos. Con esto último deberíamos quedarnos: con el espectáculo llevado a cabo por todos aquellos artistas que se dedican a un espectáculo de innumerables años de tradición como es el mundo circense. No en el ridículo, el maltrato y la humillación a que se ven sometidos los animales que, no por voluntad propia, sino impuesta, se ven forzados a realizar un sin fin de actividades nada comunes en su hábitat natural. Imágenes estas, que retenidas a traves de los ojos de un público eminentemente infantil, le deforman para un posterior proceso educativo de respeto hacia los animales.

Animales en los circos
Entre los animales de circo son comunes la presencia de: leones, tigres, panteras, pumas, osos, lobos, elefantes asiáticos y africanos, rinocerontes, hipopótamos, cebras, chimpancés, leones marinos, pingüinos, loros, cocodrilos, pitones, caballos, mulas, avestruces, dromedarios, lamas, cabras, perros, gatos, cerdos, conejos y palomas entre otros. En fin todo un variopinto zoológico. En España se ha podido constatar la presencia de algunos circos con más de 10 elefantes; verdadero zoo del que también puede sacarse provecho en horas fuera de las funciones. La mayoría de estos animales son capturados de su hábitat natural, se venden de zoo a circo, de circo a zoo o de circo a circo. Todo ello cuando por razones de quiebra u otras dificultades económicas no quedan abandonados a su suerte y tienen que ser los municipios y gentes sensibles quienes tengan que cuidarse de su sustento, situaciones harto comunes. Se les entrena, doma o amaestra para actuar ante el público, "es lamentable el hecho que de diez animales capturados de su hábitat salvaje, tan sólo una media de uno llegará vivo a su destino final".

El transporte
Los animales obligados a trabajar en los circos ambulantes, pues el nomadismo es una de las situaciones que los caracteriza, son los más afectados. Desplazados constantemente de un lado al otro; de un país a otro, con los bruscos cambios de temperatura y clima son, en muchas ocasiones, dañinos para su salud; luego se les priva del cobijo necesario para cubrirse del sol, la lluvia, el frío o el calor. El medio de transporte mayormente utilizado para desplazar a todo "el reino animal" que poseen los circos son los camiones jaula. Estrechos carromatos que son no más que simples jaulas de barrotes de hierro de pocos o insuficientes metros cuadrados incapaces de asumir un mínimo de confort en donde, por ejemplo, los grandes felinos deben pasar, condenados, hasta el resto de sus días . Lo peor ocurre durante la temporada baja, es decir, cuando los circos no se desplazan. Sin embargo les supone un estrés mayor el estar durante horas, días, semanas e incluso meses encadenados o enjaulados sin poder apenas moverse. Es cierto que entonces los animales se sienten aliviados al no tener que entrenar o ejecutar inútiles y peligrosos números circenses ante el publico, como el conocidísimo salto a través de un aro en llamas de tigres y leones. Es sabido que a los animales les asusta el fuego, pero precisamente esto forma parte del espectáculo, del "más difícil todavía". Puede, no obstante, ser que estos tiempos de descanso del circo sean lo más penosos para los animales pues es cuando deben aprender nuevos números o ejercicios. Presos en unas instalaciones que dejan mucho que desear en donde la falta de higiene es muy notoria y privados de alimentos y agua si el comportamiento no es el "adecuado" según convenga al criterio de domadores, entrenadores o quienes se encarguen de ellos. Es corriente que presentan síntomas de estres, aburrimiento y frustración, provocados por las innumerables horas de aislamiento y soledad en deplorables instalaciones. Así han ocurrido casos de mutilación propia de los dedos de manos en los monos, golpes constantes de cabeza, o el balanceo de un lado al otro como hacen los elefantes (movimientos estereotipados).

El entrenamiento
"El entrenamiento es una agresión psicológica y fisiológica del animal, donde técnicas barbaras son utilizadas. El animal es forzado, por obligación, a adoptar comportamientos anormales y artificiales". Los entrenamientos son más violentos, cuanto más peligrosos sean los animales. Los distintos y constantes ensayos destruyen a los animales, se les asusta y se les angustia, "el entrenamiento consiste en romper al animal y transformándolo en una marioneta ridícula, que lo somete al capricho del hombre". Su propósito es conseguir el absoluto dominio del animal. Los domadores están raramente calificados, tienen muy poca paciencia y les faltan conocimientos comportamentalistas de los animales a su cargo. Cuando un grito o un gesto no son suficientes, se utilizan barras de hierro, látigos y pinchos con tal de manejar y hacer obedecer a los animales. Cuando el domador, o entrenador, no obtiene los resultados deseados, es decir, la obediencia absoluta del animal, entonces se le priva de alimentos. De este modo se pretende que el animal asocie la comida con la respuesta que tiene que dar. De este modo, si no hay espectáculo; pues no hay comida. Esta estrategia la utilizan los domadores también durante el espectáculo: a los animales se les da comida al final de cada ejercicio y delante del público, para que éste interprete, o piense, que así es como el animal ha sido entrenado. La realidad, en la mayoría de los casos, resulta ser todo lo contrario; "la simple visión de un látigo recuerda al animal las palizas en el trasero, la cabeza y las patas durante el entrenamiento. Así se consigue el miedo incesante, la aprehensión y el obedecer. Para conseguir que un animal levante las patas, el domador le pone una base electrificada, y cada vez que da la orden, envía una descarga eléctrica. Después de los primeros intentos, el animal relacionará el dolor con ciertas palabras o gestos y tendrá la misma reacción, levantar las patas aunque no se dé la descarga eléctrica" .

Consecuencias de la explotación
Se han dado casos de accidentes producidos en los circos como consecuencia del maltrato y las malas condiciones en que viven los animales. Estresados por el tipo de vida que llevan, totalmente ajeno a su hábitat natural, en ocasiones pierden el control con la presencia del público, el volumen de la música durante las actuaciones, el destello de los focos y la reclusión. A menudo se les diagnostican úlceras gástricas provocadas por estas situaciones anormales a su biología. La falta de higiene originada por la acumulación de sus residuos fecales y la orina que permanecen durante tiempo en sus jaulas hace aumentar el número de parásitos y bacterias que conviven en las distintas instalaciones circenses. Por ello las heridas de estos animales son muy difíciles de desinfectar y curar. Se sabe que quienes se dedican al mundo trashumante del circo, poseen, por lo general, pocos o escasos recursos económicos. Es corriente que la alimentación sana y equilibrada del animal, así como su bienestar tanto físico como psicológico dejen mucho que desear. Lo mismo ocurre con las necesarias atenciones veterinarias para sus heridas, agudizadas por los golpes que padecen provocados por sus cuidadores, entrenadores o domadores.

Conclusión
Es de fundamental importancia la concienciación y el conocimiento de lo qué ocurre y lo que significa la presencia de animales en los circos por el gran publico y en especial por aquellos padres que, de forma inconsciente, llevan a sus hijos a pasar un rato feliz en un ambiente que por tradición y por antonomasia tiene que serlo. Pero, repetimos una vez más ... ¡sin animales!. Ellos no han elegido ser sometidos para actuar en el mundo del espectáculo. A muy temprana edad se les separa de sus núcleos familiares y de su hábitat salvaje para introducirlos a un mundo totalmente ajeno a lo que la naturaleza les ofrecía. Los circos, que merecen el mayor respeto por su trashumancia, antigüedad y tradición, deben evolucionar (al igual que los zoológicos) en este mundo cambiante hacia una nueva forma, que sin quitar la ilusión de los más pequeños, ofrezca una imagen centrada en las habilidades, el arte y la vistosidad, evitando, ya definitivamente, la presencia de cualquier clase de animal.

Imagenes

Galgos



Galgo herido

El periódico LA RAZÓN (http://www.larazon.es/noticias/noti_rep44.htm ) ha publicado en su edición del domingo día 1.2.2004 un articulo que contiene pruebas gráficas sobre el enorme maltrato y la negligencia que sufren los animales de la residencia canina PERROTEL (también conocido por EL GALGO SENIOR), propiedad de Sra. Patricia Osborne Warr, en El Campello.




















Circos